domingo, 4 de noviembre de 2012

19 AÑOS


Una familia Nautilus…1990-2009

Fidelidad y constancia.

Por Rocío Durand



¿Cómo empezó nuestra relación con esta institución?

¿De qué hemos sido testigos, que aprendimos, que agradecer, cómo?

¿Qué semillas nos acompañaran a cada uno de nosotros?

Agradezco a mi papá por ser el causante de que estemos aquí en Acapulco, a quien le mando mi más amoroso agradecimiento por todo lo que ha hecho y sigue haciendo por su familia, es el patriarca, el jefe, el abuelo, el bisabuelo Guillermo Durand, el y mamá eligieron vivir aquí hace más de veinte años pero no querían vivir sin familia, así que en cuanto conocieron al Dr. Alejandro Oscós y a miss Alicia Avellaneda con su proyecto Nautilus instalado en la calle de Castillo Bretón, una casa adaptada para dar a nuestra comunidad una educación integral, no dudaron en que sería el complemento ideal para ver crecer a sus nietos. Había pavorreales, semanas de océano, computadoras con una memoria que hoy cabe en el 10% del USB más pequeño, visitas al campamento tortuguero. También se enviaba a los alumnos desde cuarto de primaria a intercambio con familias del colegio Olinca.

Desfilaron por esas aulas maestras que aprendieron del Nautilus, su capacidad para innovar en temas de educación, de estar a la vanguardia por la ecología y el cuidado de la naturaleza, pensamiento que caracteríza al Dr. Oscós, una autoridad en el tema; y a la intuitiva maestra, directora Alicia con su capacidad para generar eventos glamorosos cada 10 de mayo. Hoy somos una escuela de vanguardia en tecnología y certificaciones.

Del Nautilus se desprendieron un rosario de escuelitas como el Play School, con Vicky Buttler, el primer Montessori de Patricia Madrigal (que guiaba un taller Montessori de matemáticas en la biblioteca y en el patio de Pascual Cervera) y Begonia, otra mamá que también instala el otro Montessori, ellas, todas; fueron madres Nautilus.

Otro proyecto que surge de aquí es el Liceo, padres desleales, porque desde la banqueta de esta escuela hacían su labor para llevarse familias completas. Indignante. Así fue. Recuerdo que le dije a un padre que se quejaba y criticaba al colegio, un dicho de mi abuela… “Ni hace falta el que se va, ni estorba el que se queda”…no cabe duda, las abuelas son sabias, siempre.

Con mi filosofía doméstica, creí en ustedes “contra viento y marea”. Cada día del maestro regalé una poesía. La experiencia de ver a mis 4 hijos, hablar inglés, usar la tecnología, encontrar las semillas para desarrollar sus propios intereses y habilidades a veces con rebeldía, diría hasta revolucionarios de conciencia siempre ecologistas, estudiando, investigando.

Me criticaba un el dentista de la ciudad de México: ¿Van a aprender tus hijos lanchero?

El mayor, David casi un historiador con una monografía del milenio de más de 197 páginas cada punto y cada coma escritas por él. En el 2000 no había “copy paste” como puede darse hoy ni desarrollado el internet, entró cuando tenía 6 años a preescolar, descubrió la naturaleza y tener amigos asistiendo a fiestas; porque las fiestas infantiles, eran casi la única oportunidad de encontrar diversión en Acapulco para los niños, no había plazas ni cines como ahora, además del mar, las lagunas y el Parque Papagayo. Así que todos éramos puntuales a las piñatas que tan esmeradamente preparaban las mamás de todo el grupo. Vimos cumplir años a nuestros hijos, crecer juntos, sin dejar de hacer “close up” a sus éxitos, logros y a veces también a sus fracasos, reportes y quejas.

Hoy David es un Licenciado en Relaciones Industriales egresado de la Universidad Iberoamericana Santa Fe, sabe que estudiar es parte de la vida, seguir actualizado.

De esos 19 años, fui vocal incontables veces, participé como secretaria, en una kermesse gané un premio al puesto más creativo leyendo el futuro a los niños. Hicimos burbujas de jabón durante otra kermesse casi 6 horas continuas. Un par de años dediqué mi esfuerzo a la iniciativa de un grupo de mamás que voluntariamente trabajamos generando en la banqueta del colegio un centro de acopio. Trabajo para mi servicio social como alumna de la carrera de Economía de la Ibero que abandone para ser mamá. Me otorgaron un diploma que conservo con cariño y recibieron mis padres porque yo estaba en una competencia de natación. A mi regreso, entregué a miss Alicia una propuesta basada en cuentos cuyo contenido inspiraba el ejercicio de cinco valores universales: PAZ, AMOR, VERDAD, RECTITUD Y NO VIOLENCIA, lo denominamos programa de desarrollo humano; historias de la literatura universal que abrazó y me invitó a ser parte del Nautilus dos años consecutivos, este proyecto y mis ganas de ser mejor mamá, mejor persona, me inspiraron para estudiar de nuevo eligiendo, esta vez, la carrera de Pedagogía que estoy por terminar muy pronto. Muchas gracias miss Alicia, le estaré por siempre agradecida por detonar mi incursión a la docencia, a este milagro del vínculo docente, un descubrimiento apasionante al compartir y aprender de niños y niñas, desde kínder hasta secundaria, después con adolescentes en la Universidad Loyola durante cinco años con la materia proceso creativo. Todos, jóvenes y niños han sido los mejores maestros del mundo para mí.

Mi hija Miriam, hoy estudia para Chef, es una excelente fotógrafa amateur, inquieta e inteligente, un as en la computadora; Rocío, una esmerada estudiante de medicina, entregada al aprendizaje para educar a sus pacientes, y la más pequeña, que siempre será mi pequeña y risueña Marysol quien hoy se gradúa.

Comienza mi nostalgia por dejar este colegio, amigos que espero conservar, afectos y experiencias.

La familia entera aprendimos con la escuela para padres, ojalá sigan; pláticas del Dr. Eli Rayek, del psicólogo Alfonso Pérez, la Lic. Borbolla. Disfrutamos de conciertos, el coro, performance, obras de teatro. MAMMA MIA!! Ojalá Se presente varias veces, fue una producción que lo vale. El Nautilus se comprometió con la conservación de nuestras tradiciones, muestra de ello son las ofrendas.

Porristas, actividades vespertinas, festivales de todo tipo, exposiciones y presentaciones. Por todo, y por lo más valioso de todo, sus recursos humanos, felicidades, larga vida y que sigan los éxitos.

Nos llevamos en el corazón la semilla del cambio del E COLEGIO NAUTILUS.

Dicen por ahí que con los 19 años de pagar colegiaturas, ya es mío un salón de clases…jeje, en septiembre vengo por las escrituras.

¡Muchas Gracias!

Los voy a extrañar.

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